lunes, 19 de mayo de 2014

Macrobiotica Zen, el legado del más puro conocimiento sobre el universo



Son muchas las ocasiones, en que algunas personas que se están iniciando en la macrobiótica me piden consejo a la hora de comprar algún libro que les pueda servir de guía en su recién iniciado camino, a través de esta fabulosa forma de entender la vida, mediante la sinergía que se crea, entre la comprensión del universo, y la incidencia que el mismo tiene en nuestra forma de entender la vida y nuestra alimentación como parte de la misma.
Por esta razón, he querido hacer un pequeño homenaje a este libro, que tanto representa a todos los niveles para muchos seguidores de esta filosofía milenaria, entre los que por supuesto me incluyo.

Curiosamente, los que me conocen saben que soy un gran amante de los libros, pero también es cierto, que siempre he dicho que los buenos libros no deben buscarse, puesto que ellos nos eligen a nosotros. Quizás pueda resultar algo fantasioso, pero creedme no lo es en absoluto, y puedo dar fe de ello, puesto que muchos de los libros que más han marcado mi vida, han llegado a mis manos, procedentes de personas con las que no tengo relación habitualmente, así como en lugares y momentos que jamás hubiera imaginado. 
Sin duda alguna, Macrobiótica Zen de Georges Ohsawa, también fue uno de esos libros únicos e irrepetibles, que un buen día me encontró y floreció en mi interior, aportándome un sinfín de nuevos conceptos filosóficos, que transformaron por completo mi visión de la vida y por supuesto la perspectiva que yo tenía en esa época de la alimentación, como base de la evolución emocional, espiritual y por supuesto física del ser humano.
Ohsawa, nos habla en este tratado macrobiótico de conceptos filosóficos tan profundos como la libertad infinita, el orden del universo o las siete etapas del juicio, que en mi opinión junto a los doce teoremas del principio unificador, podrían considerarse como los pilares esenciales de la filosofía macrobiótica. Un abanico conceptual de gran calibre, que por mucho que sea estudiado a fondo, siempre parece albergar nuevos conocimientos y matices ante una nueva lectura del mismo.

Y como en todo libro donde se habla entre otras muchas cosas, de cocina, no podían faltar las recetas y preparaciones culinarias, para que el nuevo practicante, pueda de inmediato sumergirse en este fabuloso mundo, donde aquello más simple, es sin embargo aquello que lo contempla y lo  contiene todo...
Pero no nos engañemos, por que este no es un libro de cocina convencional, donde cada receta está acompañada de los pasos detallados para llevar a cabo su preparación, incluyendo una buena foto del plato y la cantidad justa de cada uno de los ingredientes que la componen...
Así que seguramente, el practicante encontrará aquí su primera barrera, puesto que el autor del libro, sólo nos da algunas indicaciones muy generales, omitiendo incluso la cantidad necesaria de cada uno de los ingredientes que conforman cada una de las recetas.
Esto sin embargo tiene una explicación lógica, sobre todo si tenemos en cuenta que en oriente tienen una concepción muy diferente de la transmisión  del conocimiento. donde a diferencia de occidente, se pretende que el alumno aprenda de sus propias experiencias, dejando a un lado si las mismas han sido erróneas o certeras. La importancia reside en esa fase, donde el practicante se lanza a los brazos de la disciplina que pretende comprender, aun sabiendo que quizás la misma escapa a sus conocimientos sobre la materia. No hay nada que perder ni que ganar, puesto que como en todo en esta vida, sólo tras la comprensión del no dualismo, podemos hallar el verdadero conocimiento y sentido de todo lo que escapa a nuestro conocimiento.

Pero lo que parece realmente digno de admirar en mi opinión, es que este libro a pesar de no llegar a las 130 páginas, toca infinidad de temas, tanto filosóficos, como prácticos, dietéticos y también terapéuticos, conteniendo también un gran número de preparaciones específicas para tratar patologías muy diversas de todo tipo.

Así que resumiendo, podríamos catalogar este libro, como un tratado esencial de la macrobiótica más pura, que quizás a ojos de muchos, puede incluso resultar algo obsoleta y pasada de moda. Pero lo cierto, es que en mi opinión y como también solía puntualizar Daniel Salent en sus charlas de Cuisine et Santé, si queremos sanar de forma precisa, debemos practicar una macrobiótica muy precisa también, despojada de adornos culinarios, ni cualquier otro elemento que pueda distorsionar de forma alguna el verdadero objetivo de la preparación escogida. Por esta razón, por mucho que algunos digan, cuando quiero regresar a mi centro y sentirme verdaderamente en conexión con todo aquello que me rodea, se de sobras que aquello que  busco lo encontraré en este fantástico libro, que para mí, ha sido, es y será el mejor libro de macrobiótica que se ha escrito hasta la fecha.

Un fuerte saludo a todos y espero que esta breve experiencia personal, os sirva como precedente para adentraros en sus páginas, descubriendo en las mismas, infinidad de conocimiento de incalculable valor. Así que para facilitar la tarea de todos aquellos que aun no conozcan el citado libro, aquí les dejo un enlace, donde podrán navegar en sus páginas, aunque sea en formato electrónico.

Mucha suerte y a por todas!!!


Gassho!

Sergi Hogaku